15/12/08

Por qué??


Desde pequeño nunca he sido amigo del desayuno (una mala costumbre por cierto), me gustaba levantarme tarde y me daba tiempo únicamente de tomarme a medias un vaso de mosh, que mi mamá me obligaba a llevar en la panza antes de ir al colegio.

Camino al colegio siempre veía a lo lejos el macizo del volcán Tajumulco... a principios de año era espectacular ver la cumbre blanca, llena de hielo... ya en las clases de geografía me enteré que era el más alto de Centro América y que el segundo más alto (el volcán Tacaná) se encontraba algunos kilómetros más al Oeste, justo en la frontera con México.

Nunca me pasó por la mente intentar escalar montañas o volcanes... imaginarme horas de caminata, sudando bajo el sol y con peso era para mí una locura.

A mis 34 años, hace unos meses, tuve la oportunidad de volver a ver el Tajumulco desde cerca de la casa de mis padres... sentía raro saber que lo había conquistado 2 veces, que había subido con mi equipo y que había disfrutado el frío de su cumbre.

¿Que había pasado? ¿Qué motivos me movieron a empezar a escalar? ¿Qué había de bueno en el montañismo?

Puedo escribir mucho acerca de lo maravilloso que es la naturaleza, las madrugadas, el compañerismo, la cumbre y mil cosas más. Pero personalmente, una motivación importante al hacer montañismo fue la evolución.... mi evolución...




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