Empiezo a bajar libros de nombres de las calles: Francisco Sosa, Xinacotencatl, México.
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Cierro los ojos y me viene el olor a las ventas de comida de Coyoacán, las quesadillas, pozole, alitas, pescuezos y esquites. El café y el chocolate de olla del parque.
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Estuvimos pocos días, pero los suficientes para que nos dieran ganas de volver. A donde fuéramos se veía mucha gente: el zócalo, el zoológico, Reforma, todo repleto de gente, se nos había olvidado en que fecha estábamos.
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Regresamos a pasar nuestra última noche en el Coyote Flaco (Av. Mexico No. 212), un lugar que nos dejó muy buena impresión... una habitación, 3 literas, un baño, 6 amigos... una historia en común.
Gracias Rebeca, Alejandro, Maite, Valeska y Edgar... ahhh y Palecio que fue a despertarnos ese día.
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