Entré en la tarde a mi habitación. Lo primero que veo es el acceso al baño. A mi izquierda la televisión y sobre ella un pequeño árbol de navidad. Me lo regaló mi hermana Ingvild, con un significado muy especial puesto que ella es escandinava.
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Me gustó el regalo a pesar de que no me gusta la navidad. Coloqué el arbolito sobre la tele antes de la navidad de 2006.
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Las señoras de la limpieza entran, sacuden, mueven, limpian... y mi arbolito sigue ahi.
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"Que raro el inge. No le gusta la navidad y ahi tiene alzado un su arbolito de navidad".
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Se ha convertido en un adorno más en mi habitación y para mi será siempre solo eso: un adorno. Y cuento esto hoy que es 13 de febrero, este fin de semana que se desata de nuevo (a menor escala) el furor de compras por día de san valentín. Claro este fin de semana no serán tanto los centros comerciales, sino los restaurantes y moteles, porque eso sí... el día del cariño sin un revolcón no es día del cariño. "Dios nos libre de esa falta" diría mi amiga la cachureca.
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Para mí será un día más, un día normal como lo fue y lo será el 25 de diciembre, el 10 de mayo, etc. Un día para estar con mi familia, cocinar algo rico y tomar una cerveza. Ahh por cierto, me perdí el viaje a la montaña, esta vez por visitar a mi hermano que está convaleciente.
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