Ayer fue la reunión del club de lectura... me la perdí por mezcla de trabajo y tiempo. No hay excusas, no pude ir.
Este mes leímos Las Voces del Desierto, de Marlo Morgan, un "best seller" algo fuera de lo tradicional para la mayoría, que encajó en un mes lleno de emociones (como lo es Diciembre) y que concidió con un percance de auto que tuve justo el día de la última reunión.
El libro relata la experiencia de la autora durante casi medio año con una tribu australiana llamada asímismos "Los Auténticos", que fueron obligados por los migrantes a adentrarse en el desierto. Son una tribu nómada que conocen los secretos de la vida y la muerte, que admiran y respetan a la naturaleza y que han aprovechado las enseñanzas, quizá milenarias, para vivir en una armonía profunda con ellos mismos y con su ambiente. Cada uno de sus integrantes tiene una función específica lo que los convierte en una sociedad sumamente especializada con una división del tabajo interesante.
El "breve" tiempo que comparte la autora le da la oportunidad de dar un atisbo siquiera al estilo de vida que ha conservado esta tribu. Alejada de toda comodidad de la sociedad moderna, se han preocupado para ser observadores de lo complejo de la misma y de como nosotros (los mutantes para ellos) hemos destruido nuestro propio planeta. No es un mensaje pre apocalíptico, sino más un recordatorio de la destrucción segundo a segundo del que es presa nuestro mundo.
Me llamó mucho la atención tres aspectos concretamente:
- La telepatía: los auténticos nos dicen que fue la expresión original de los humanos, quizá antes de lo que llamamos historia. Nuestra raza involucionó en esta característica tan vital para ellos al habitar parajes tal grandes y extensos.
- La vida natural: como cualquier cultura ancestral, depende 100% de la naturaleza para su comida, vestido y medicina. Un par de sucesos en el libro cuentan la destreza de la curación. Todo lo que brinda la naturaleza tiene su finalidad y es útil, incluso los escaso del desierto!
- La Divina Unidad: no es un dios, no es un creador. Es la perfecta representación de la UNIDAD de la que somos parte, no estamos solos sino que conformamos una especie de raza interestelar que estamos aca para compartir un mismo espacio, que se nos ha otorgado para su utilización y que la estamos hechando a perder. Hablan de los cielos (no del cielo), su creencia está arraigada en los conceptos orientales del karma y de los ciclos de vida, donde uno vive la vida y determina la calidad de la misma, teniendo la oportunidad de cosechar en experiencias posteriores (si quieren llamarlo reencarnación no hay problema), lo cual está en contra completamente con lo dice la biblia (yo soy creyente de la reencarnacion y no reconozco la biblia como libro mío).
No queriendo formar una controversia acerca de la creencia o no en Dios, o ir más allá y explorar la influencia extraterrestre en muchas culturas centenarias y milenarias, solo resta decir que es una lástima que una persona tenga que dejar que le quemen sus ropas y pertenencias para poder experimentar la naturaleza en su máxima expresión: sol, lluvia y un cielo estrellado (además de la comida y baño)... ya no nos damos tiempo para experimentar la naturaleza...
QUIEN HA DORMIDO SIQUIERA UNA SIESTA SOBRE LA GRAMA, A LA SOMBRA DE UN ARBOL Y SENTIDO LA BRISA EN LA CARA?
Este mes leímos Las Voces del Desierto, de Marlo Morgan, un "best seller" algo fuera de lo tradicional para la mayoría, que encajó en un mes lleno de emociones (como lo es Diciembre) y que concidió con un percance de auto que tuve justo el día de la última reunión.
El libro relata la experiencia de la autora durante casi medio año con una tribu australiana llamada asímismos "Los Auténticos", que fueron obligados por los migrantes a adentrarse en el desierto. Son una tribu nómada que conocen los secretos de la vida y la muerte, que admiran y respetan a la naturaleza y que han aprovechado las enseñanzas, quizá milenarias, para vivir en una armonía profunda con ellos mismos y con su ambiente. Cada uno de sus integrantes tiene una función específica lo que los convierte en una sociedad sumamente especializada con una división del tabajo interesante.
El "breve" tiempo que comparte la autora le da la oportunidad de dar un atisbo siquiera al estilo de vida que ha conservado esta tribu. Alejada de toda comodidad de la sociedad moderna, se han preocupado para ser observadores de lo complejo de la misma y de como nosotros (los mutantes para ellos) hemos destruido nuestro propio planeta. No es un mensaje pre apocalíptico, sino más un recordatorio de la destrucción segundo a segundo del que es presa nuestro mundo.
Me llamó mucho la atención tres aspectos concretamente:
- La telepatía: los auténticos nos dicen que fue la expresión original de los humanos, quizá antes de lo que llamamos historia. Nuestra raza involucionó en esta característica tan vital para ellos al habitar parajes tal grandes y extensos.
- La vida natural: como cualquier cultura ancestral, depende 100% de la naturaleza para su comida, vestido y medicina. Un par de sucesos en el libro cuentan la destreza de la curación. Todo lo que brinda la naturaleza tiene su finalidad y es útil, incluso los escaso del desierto!
- La Divina Unidad: no es un dios, no es un creador. Es la perfecta representación de la UNIDAD de la que somos parte, no estamos solos sino que conformamos una especie de raza interestelar que estamos aca para compartir un mismo espacio, que se nos ha otorgado para su utilización y que la estamos hechando a perder. Hablan de los cielos (no del cielo), su creencia está arraigada en los conceptos orientales del karma y de los ciclos de vida, donde uno vive la vida y determina la calidad de la misma, teniendo la oportunidad de cosechar en experiencias posteriores (si quieren llamarlo reencarnación no hay problema), lo cual está en contra completamente con lo dice la biblia (yo soy creyente de la reencarnacion y no reconozco la biblia como libro mío).
No queriendo formar una controversia acerca de la creencia o no en Dios, o ir más allá y explorar la influencia extraterrestre en muchas culturas centenarias y milenarias, solo resta decir que es una lástima que una persona tenga que dejar que le quemen sus ropas y pertenencias para poder experimentar la naturaleza en su máxima expresión: sol, lluvia y un cielo estrellado (además de la comida y baño)... ya no nos damos tiempo para experimentar la naturaleza...
QUIEN HA DORMIDO SIQUIERA UNA SIESTA SOBRE LA GRAMA, A LA SOMBRA DE UN ARBOL Y SENTIDO LA BRISA EN LA CARA?
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