Un paso más en la montaña

A pesar del sueño y frío, nuestro recorrido empezó alrededor de las 03:45 de la mañana del día sábado 17 de noviembre, enfilamos camino al Volcán Santa María y casi a la hora estábamos en el primer reagrupamiento. Disfrutamos de una madrugada fría, llena de estrellas que nos auguraba una buena mañana. A las 06:30 avistamos el Complejo Volcánico Santiaguito, una costa sur despejada, un Santa María con nubes como gorros y una erupción más tarde fue nuestro espectáculo durante el desayuno. Junto a Douglas (por encargo de Roberto) empezamos a descender por el laberinto de Cicuta, que increíblemente se encontraba un poco despejado, una hora más tarde realizábamos nuestro tercer reagrupamiento en el inicio del descenso de la Canaleta. Dos horas más tardes nos encontrábamos cruzando la playona y empezamos el ascenso fuerte por la cara Oeste del "Monje", cono volcánico apagado ¿?. Al fin.... 9 horas después de nuestro inicio, nos tiramos en la arena del "circo" elegido como campamento, aprovechando las horas de la tarde para un merecido descanso. Sin ganas siquiera de abrir la mochila, nos hechamos un par de sopas con George, una plática de amigos, llena de consejos y anécdotas... eso si... sin faltar la peculiar manera de motivar al montañista (gracias George). Luego de una breve (aja) explicación de la Trilogía según San Tocayo, cenamos como hacía rato no lo hacía, nachos, sopa, chocolate, jamón y té, hizo olvidar la pesada jornada. Eso si, como preparativo de la siguiente, la cual iba a ser aún más pesada. Pues como decía, el domingo Roberto nos levantó a las 03:30 para alistarnos y empezar la conquista de la cumbre. Alrededor de las 06:00 ya estábamos prestos a escalar la pared Guatemala, un espacio rocoso de no más de 20 metros cuadrados, enclavado a 2500 metros de altura, mirador por excelencia del cono principal. En el descenso (y aún con suficiente adrenalina) pudimos apreciar una explosión de energía de nuestra tierra, una erupción en tres etapas que conmovió hasta al más excéptico. Para terminar, regresamos al campamento y en menos de media hora nos encontrábamos ya enfilados hacia la playona... el ascenso se hizo sin mayores complicaciones, almorzamos en la canaleta, bebimos agua de unos charcos y empezamos la subida hacia el Mirador, lugar donde nos recibió una lluvia que si bien nos quitó toda la ceniza de encima, también nos cubrió de frío en nuestras últimas horas de caminata. Junto a Daisy, Edgar y Lester pudimos apreciar nuestra bienvenida a Xela, un fondo de marimba (pobre la gente que estaba alrededor de esa casa), una tarde semi despejada, un frio estimulante y un arco iris... ello marcaba el final de nuestro recorrido.... A manera particular lleno de alegría, tenía la garganta hecha un nudo, completé el viaje sin mayores problemas (un poco de dolor, un pantalón desgarrado y alguno que otro golpe) y queriendo regresar... Nos vemos en la próxima cumbre.....